Yo acuso y perdono es una puerta abierta a un mundo sobrecogedor de hechos inenarrables que atrapa desde el primer instante. En esta novela, en forma de autobiografía desgarradora, la autora denuncia las vicisitudes de su niñez y adolescencia en la España de la posguerra.
Si un gran número de aquellos niños y niñas españoles vivieron con las consecuencias de una educación autoritaria y represiva por parte de los colegios, la Iglesia y la sociedad en general, que fomentó el temor y redujo considerablemente la libertad, impregnando las mentes infantiles de valores eternos de guerra y religión, esos mismos efectos se multiplicaron en los que tuvieron que soportarla bajo el peso de una enfermedad internados en instituciones sanitarias.
Esta narración da un testimonio sobrecogedor de un trozo de vida que fue la realidad cotidiana en uno de esos centros, en la ciudad de Málaga. Es una historia sobre la inseguridad y soledad de una niña enferma frente al pánico y el desamparo de unos métodos de educación increíbles; la autora-protagonista nos narra cómo consiguió hacer una trasmutación interna de su angustia y desesperanza en un canto y enaltecimiento de la vida como valor supremo. Y aquí es donde radica la base primordial de este libro, en ese paso mágico de ternura inmensa que anula y perdona los errores del ayer.