Yo, el hombre nos habla de un hombre que es un poema mal hecho. Es la historia de un ser humano en su búsqueda de encontrar la verdad en la vida. Es la búsqueda para encontrarse a sí mismo y buscar las respuestas en esa búsqueda. La búsqueda comienza en el momento en el que el hombre entra en la razón y se encuentra en ello con las motivaciones humanas: las festas, los amigos, el sexo, el dinero,el poder; en fin, en el encantamiento de las propuestas que ofrece el mundo. Sin embargo, ese hombre no encuentra en ello el camino de la verdad, de la libertad y de la vida. Las respuestas a su existencia humana no son respondidas en aquellos lugares.
Ese hombre continúa su peregrinaje de la vida. Como criatura, se da cuenta de que se halla envuelto en una capa material. Decide entonces dejarlo todo; todo lo material, todo lo corporal, todo, incluso todos sus pensamientos y todo lo que impida lograr el encuentro verdadero. Finalmente, en aquella búsqueda, ya despojado del todo, encuentra el sentido de su existencia en su propia alma. En su alma encuentra al creador. En el creador entra en un diálogo personal. Y así logra la respuesta a esa búsqueda en las tres iglesias. Encuentra las respuestas en las tres potencias. Se mira a sí mismo y se halla a sí mismo a imagen y semejanza de su creador. Ese hombre decide entonces acoplar su pensamiento al pensamiento de Dios, su voluntad a la voluntad de Dios, encontrando en ello la libertad, la verdad y el camino hacia la vida. Al final, ese hombre habita y se funde en su creador como si fueran un solo ser.