Algunos pensadores europeos, como Proudhon en su “Principio federativo” (1863), habían manifestado sus intenciones de formar una Europa unida y federada, hasta el estallido de la Primera y Segunda Guerra Mundial, momento en el que el proyecto europeo quedará suspendido. Con la entrada de los fascismos de carácter nacionalista, Europa entra en una aterradora fase de muerte y destrucción. Tras 1945, la reconstrucción de Europa supuso un duro esfuerzo, pero se marcaron los objetivos de unidad, paz y acercamiento entre los pueblos. No sería hasta 1950-51, con la creación de la CECA, cuando el “padre de Europa” Jean Monnet, junto a Konrad Adenauer, Robert Schuman y Alcide de Gasperi, iniciarán el proyecto de la primera comunidad europea.
Hoy en día la configuración de la Unión Europea, aún en proceso de cambio y ampliación, es así gracias al trabajo y tesón de estos incansables arquitectos de “la nueva Europa”. Con mucho trabajo todavía por hacer, cada día estamos más cerca de la Europa más preparada, fuerte y competitiva.
“La humanidad, es la asociación de las patrias” (Mazzini, 1830)
“Europa es un cuerpo, es un alma también, no es todavía una conciencia” (Salvador de Madariaga, 1886-1978)