Pasé la infancia en Vitoria, donde nací en 1961. A los once años, mi familia se trasladó a Valencia; allí comencé a interesarme por la fotografía y el cine. A los veintidós años, llegué a Madrid y comencé a revelar fotos de gran formato de forma profesional. Al surgir la televisión privada (1989), entré a trabajar como operador de cámara. Poco antes de comenzar el nuevo siglo, me recluí en Lozoya, un pequeño pueblo de la sierra de Madrid, y me dediqué a impartir talleres de cine para niños, tercera edad y personas con diversidad funcional, compaginando esa actividad con otros empleos esporádicos (grabación de documentales o making off de películas, road manager, camarero, fotógrafo, monitor de tiempo libre…). Fue entonces cuando empecé a escribir, en principio, pequeños guiones para los cortos que realizábamos.
En 2013, emigré a Uruguay y, por los azares de la vida, seis meses después, acabé en Costa Rica, donde regenté (en Puerto Viejo, Caribe) un hotel y un restaurante. Durante los viajes, no dejé de convertir en relatos las anécdotas que vivía. En 2017, regresé a España y volví a instalarme en Lozoya, un magnífico lugar para escribir. Como a lo largo de mi vida la literatura siempre fue una afición irrenunciable, me animé a dar a las historias un carácter más literario y menos visual.
Me gustan Guillermo Arriaga, Dulce Chacón, George Simenon, Víctor del Árbol, David Trueba, Patricia Highsmith, Graham Green; admiro profundamente a Luis Landero.
También me gustan Billy Wilder, Adolfo Aristarain, J. L. Mankiewicz, Luis Buñuel, Wim Wenders, Fernando Meirelles…; y también Neil Young, J. S. Bach, Nina Simone, Oscar Peterson, Janis Joplin, Ray Barretto, Travis Byrds, Haendel…