Patro Moratal empezó su andadura en la escritura, ella dice que demasiado tarde. Empezó escribiendo pequeños artículos de opinión que enviaba a periódicos como El País o Levante Mercantil y que siempre le publicaban. Hablaba sobre dentistas, sobre cómo había dejado de fumar y el porqué, y más que nada hablaba de los políticos de su pueblo, donde el material nunca dejaba de sorprenderla. Luego pensó en escribir una novela y escribió La piel del alma, más tarde escribió Azul es la memoria, pero siempre piensa que esas dos novelas fueron como una sopa de agua porque no era lo que verdaderamente sentía ni la manera en que quería contar las cosas. Tuvo que aprender, llenar su escritura de déjate llevar, pierde el miedo. Y escribió París, marfil y gris, que la tuvo que subir a Kindle Amazon. En esa novela, puso su alma, escribió como suponía que tenía que escribir: con su verdad y su corazón. Mientras, hizo una traducción (que nadie le pidió), del francés al español, una novela de Philippe Claudel, La pequeña nieta del señor Linh. Fue un reto superado, costó pero lo logró. El autor le dio las gracias por el faenón realizado. Ahora presenta Querida Lola, querida Cecilia, una historia entre lo real y lo ficticio. Ella sola sabe dónde empieza lo real y termina lo ficticio.
Ahora tiene entre manos: No llores, muerde…