No pretende el autor del libro que tiene en sus manos, estimado lector, más allá de recurrir en breves notas a hechos históricos que convulsionaron a la sociedad española de su tiempo, para hacer ver a los lectores que conviene a la ciudadanía, si se prefiere, a todo un pueblo –en este caso el español–, conocer su Historia, pues de ella, y muy especialmente de los errores cometidos por la clase dirigente del momento, se aprende, en orden a no cometerlos de nuevo, evitando de tal suerte sus ya vividas consecuencias.
En tal sentido, reviviremos de sus páginas breves trazos históricos de la obra política de la que fue importante actor, sino su arquitecto, el insigne malagueño, don Antonio Cánovas del Castillo, venida en llamarse la Restauración (1876-1923), régimen que no supo, o no pudo, satisfacer las demandas políticas, sociales y económicas que le requerían los españoles, cerrándose con la dictadura de Primo de Rivera, la cual es recibida, inicialmente, con una gran aceptación por, prácticamente, todas las clases y grupos sociales; con la aprobación y apoyo del propio rey, don Alfonso XIII, a quien la inconstitucionalidad del nuevo régimen (1923-1930) le supuso la caída de la monarquía (1931).
La II República, al ser entendida de forma diferente por cada uno de los dos grandes bloques que conformaban el poder político de su tiempo, derechas e izquierdas, y no sabiendo o no queriendo encontrar los necesarios espacios de encuentro quienes estaban obligados a ello, crearon una atmósfera revolucionaria que alimentó la contrarrevolución en forma de levantamiento militar, con fuerte apoyo civil y religioso. Consecuencia del alzamiento fue una guerra civil de aproximadamente tres años (1936-1939), y a su término, una larga dictadura, en torno a los cuarenta años (1939-1976). Si, hasta recuperar la democracia. En opinión del autor, conviene conocer la Historia y aprender de ella. Ganaríamos en calidad democrática, progreso
y convivencia, ahorrándonos, en cierta formar errores ya cometidos.