Es un episodio más de mi poesía, llena de una ternura que estremece a la gente que se siente cómplice con ella, donde mi madurez poética se nota, sigo en el camino de intentar escoger esas palabras que tanto añora el alma humana, intentando describir lo que los seres humanos sentimos en cada verso y no somos capaces siempre de encontrar las palabras correctas. Sigo describiendo la vida con palabras sencillas y directas, alejándome de las metáforas todo lo posible, para que la gente la comprenda, ya que es compleja por sí misma. Cada rima está llena de toques emocionales, de un romanticismo casi olvidado que llega al corazón. Sigo hablando de los sentimientos del ser humano, de lo que siento, de lo que nunca he sentido, de lo que un día sentiré, de lo que me cuenta la gente, siempre con la mujer como pieza fundamental del mundo que me rodea.