En esta historia se describe el inicio de la gran evasión de la Isla de Aztlan, nueve o diez mil años antes de Cristo, protagonizada por el gran instigador de la migración, Huitzilopochtli, sacerdote de Telzauchtéotl y antiguo Dios azteca.
La historia está basada en una familia formada por un padre, un hijo, una hija pequeña, un ahijado y una ahijada, que abandonan Aztlan instigados por el sacerdote y Dios azteca Telzauchtéot. Después de muchas vicisitudes en un largo viaje por diferentes mares y continentes tocando tierra en la Isla de la Juventud (actual Cuba) y en Monte Verde (actual Cabo Verde) buscando la tierra prometida, «una señal»; dicha familia tiene que encontrar «Un águila peleando con una serpiente encima de un nopal». Esta señal fue encontrada tras un temporal que los llevó a través del estrecho de Gibraltar a una hermosa bahía, hoy llamada Bahía de Mazarrón.
En esta bahía, en los límites de Cartagena y Mazarrón, al encontrar dicha familia la señal que les dijo el sacerdote, anclaron el navío y decidieron formar allí su nuevo Aztlan. Lo curioso fue que después de buscar el lugar donde asentar su pueblo, encontraron una preciosa cueva en el acantilado, frente al navío, llena de curiosidades y riquezas que ponen de manifiesto el lugar perfecto para montar su campamento y recodar la forma de vida que dejaron en el lejano Aztlan.
El lugar era precioso, en aquellos tiempos todavía sin explorar, lleno de misterio, de metales preciosos, de ríos subterráneos con aguas que daban al mar, de lagos de aguas termales, estalactitas, oro y plata. El lugar al que me refiero está totalmente cambiado en la actualidad, y se conoce como La cueva del agua, en Isla plana (Cartagena).