Los ataques aéreos y marítimos a la provincia de Almería durante la Guerra Civil española supusieron un elemento más para la desestabilización de la retaguardia por parte del ejército sublevado, al mismo tiempo que el miedo quedó instaurado en la población civil almeriense.
Más de medio centenar de ataques, tanto desde el cielo como desde el mar, asolaron la ciudad de Almería y algunas localidades como Adra, Berja, Roquetas de Mar y Fiñana.
Ataques indiscriminados, como el producido en la noche de reyes de 1937 o el bombardeo alemán del 31 de mayo del mismo año, han pasado a la memoria de los almerienses como ejemplo de la sinrazón de la guerra del 36.
Pasado el tiempo, muchos recuerdos de esa época perduran en el colectivo de los niños —ahora ancianos— que tuvieron que sufrirlos, y en este trabajo se rescatan en los testimonios orales que nos han cedido gustosamente. El ataque a la capital almeriense, efectuado por el crucero Canarias a los depósitos de la CAMPSA el 8 de noviembre de 1936, representa un vivo ejemplo.
Este estudio recoge las defensas de costas de todo el litoral almeriense, la visión de la prensa sobre los bombardeos, el legado de los que lo vivieron y pudieron contarlo. En sus retinas aún existe el infierno que supusieron estos trágicos acontecimientos para la población de Almería.
Además, la solidaridad almeriense ofreció su máxima expresión tras el ataque de la escuadra alemana. Adjuntamos las largas listas de donaciones a los familiares de las víctimas, que llegaron desde toda la geografía española y se extendieron por buena parte de los organismos, sindicatos e instituciones locales y provinciales.