Alejandro Fernández Alameda (Jaén, 1978) cursó estudios en un colegio privado, colegio Altocastillo, obteniendo exitosamente (a pesar de pasar por una coyuntura delicada), buenas calificaciones en asignaturas como filosofía, lenguaje o física. En 1999 sus estudios universitarios quedarían inacabados casi de un modo presto, en una etapa tras la cual asumió que los absorbentes problemas de su
pasado, las frecuentes rencillas familiares, la incomprensión de querer llegar a ser músico con improperios en su tono más acre, todo pasaría a dar un gran cambio en su vida. Fue a vivir a Londres, donde tuvo una crisis y tuvo que ser hospitalizado; al cabo de un año de estancia en la capital británica vuelve a Jaén y a finales de 2004 escribe su primera novela “Las dos caras de Londres”. Hacia mediados de 2003 participó reservadamente en una ex posición de pintura al alimón con Fernando Torres Y Teresa Alameda, su madre, en el Colegio Oficial de Arquitectos de Jaén, llamada “El color del calor”. Entre 2005 y 2009 habitó en Granada, donde “Poemas de un visionario” le permitió consolidar activamente su labor de poeta (2005). La rica belleza espiritual de “El «don» del esquizofrénico”, su primera publicación, fue conseguida gracias a sus matices ficticios (aunque dicha narración fuese basada en hechos reales) en contraposición con “Las dos caras de Londres” que se fraguó con objetividad, precisión y fidelidad. “Una
estancia ideal”, su última obra, fue a la inversa: está impregnada de ficción y predomina la complejidad del adorno. En 2009, Alejandro hizo el intento de asentarse en Barcelona y quiso publicar prontamente sus obras. Hoy vive en su ciudad natal, ha aprendido varias lenguas (conoce el inglés, francés, árabe, chino mandarín y ruso) y goza de una estabilidad considerablemente productiva.