Carles Fabra Vargas (Sant Celoni 1978) empezó a escribir de niño. Antes, como ahora, escribir le proporcionaba una válvula de escape que, en el mejor de los casos, le ha ahorrado algunos euros en psicólogos. Pero fue a raíz de la muerte de su madre, allá por el año 2009, cuando empezó a escribir de una manera más profesional, atreviéndose a probar suerte en la autoedición. Con la llegada de la paternidad, y para quizás dejar un legado a sus descendientes, se esmeró en escribir algunos relatos, que, fuera de todo decoro literario, le han servido como entrenamiento para relatos o novelas cortas más serias. Así, ha cultivado la crónica (Crónica de un despido, o 10.000 palabras para Marina) de la mano de Marlex Editorial, y el cuento (Cuentos de interés relativo, Marlex editorial), o una pequeña incursión en la ciencia ficción con Soldado Eliot (Marlex Editorial). Pero no fue hasta mediados de 2023 cuando se atrevió a autopublicar de la mano de Círculo Rojo, la novela corta de la que se siente más orgulloso, hasta la fecha, Un lugar en el Norte, donde hace una disección hasta los huesos de esa soledad que nadie quiere, de la no buscada. Ahora, en esa línea del monologo interior, nos traslada con su nueva novela (Demolición, editada por Círculo Rojo) hasta los confines de una calle que podría ser una calle cualquiera en un barrio cualquiera de una ciudad mediana cualquiera, donde una pandilla de casi adolescentes nos revela sus alegrías, pero también sus miedos. Una radiografía de finales de los años ochenta y principios de los noventa, en uno de esos veranos eternos donde nunca pasa nada y, por consiguiente, pasa todo a la vez.