En un pueblo del norte de la costa ártabra, Cedeira, dos vidas se cruzan por casualidad: Andrés, un viejo que recuerda con cierta melancolía, pero con naturalidad, la que impone el devenir de los días,
a su mujer fallecida, Dolores. y Roy, aspirante a escritor eterno, que encuentra en Andrés y en su historia de soledad una inspiración para ponerse a escribir, en un tiempo dónde su vida se ha tornado en fundido negro.
Pronto, la historia se convierte en un diálogo entre fantasmas. Algunos habitan este plano de la realidad. Otros ya no.
Se trata de una historia muy personal, con matices autobiográficos, dónde el lugar inspira a quedarse a contemplar la última puesta de sol, y quizás poder ver el rayo verde.
Ni más ni menos, la soledad golpeando con toda su fuerza, sin poder escapar de ella. Acostumbrándose, sin más.