Nacido en Barcelona en 1972, David desde bien pequeñito entró de cabeza en el maravilloso mundo de la lectura.
Primero, con los viejos tebeos de El Corsario de Hierro que le regalaba su primo, luego con los Don Miki y Copito que devoraba con pasión, hasta su encuentro con Spiderman, personaje que conoció con ocho años y del cuál todavía disfruta actualmente.
Algo más adolescente, comenzó con sus primeros libros juveniles de Los Tres Investigadores, siendo Misterio en el Castillo del Terror uno de sus grandes tesoros, al ser un libro que le regaló su añorada y querida abuela haciendo un gran sacrificio ella por su parte.
Desde bien jovencito, David tomó dos grandes decisiones: siempre, siempre leería y, tarde o temprano, acabaría escribiendo algún libro.
…Y los sueños, sueños son, El final de todo lo que queda y La Inocencia de una Negrura —estos dos últimos publicados en Círculo Rojo— son sus tres novelas escritas, esperando, por su parte, que no sean las últimas.
Casado, con dos hijos —ambos amantes de la lectura también-, dos gatos y un perro Akita Inu, David vive feliz en su piso rodeado de cientos de libros y miles de cómics, deseando que el suelo aguante tanto peso de papel.