Emilio Muñoz Risco nació en Fuenlabrada de los Montes (Badajoz). Sus primeros años de vida transcurren tendido en la cama de un hospital y hasta los diez años no comenzó a caminar.
A los dieciséis años, junto con los suyos, dejan el pueblo donde vio la luz por primera vez y, como otras familias, busca trabajo en la capital. Encuentran una chabola para vivir en el barrio de
Tetuán. La casita es de planta baja y deben compartirla con otra familia. El nuevo hogar carece de luz y agua.
A partir de los dieciocho años, comienza su entusiasmo por la lectura al descubrir los libros de Mika Waltari, Hermann Hesse, Camilo José Cela, Laszlo Passuthi y Giovanni Papini, entre otros. En esta situación, comienza sus intentos por escribir, y sus obras se van acumulando en los cajones.
Los continuos cambios de domicilio son nefastos para guardar las pequeñas cosas, y muchos de los borradores se pierden en las mudanzas. Ha sido marino mercante, ferroviario, emigrante en Suiza
y algunos oficios más, hasta que al final fija su residencia en Puertollano, donde lleva viviendo más de treinta y cinco años por motivos de trabajo.
Hoy es pensionista y es ahora cuando tiene todo el tiempo del mundo para escribir.
Está en su cuarta novela, las precedentes son: El libro negro de Mr. Grosdanovich, El miedo nunca se olvida y El impostor.