Hace ya demasiados años que sueño con poder dedicarme a investigar, escribir y crear. Algunas personas dicen que escribir les apasiona, otras que les ayuda a liberar la mente y a otras, simplemente, les divierte. Pues, en mi caso, no es ninguna de estas y son todas, porque yo lo necesito. Forma parte de mi esencia, está en todos los puntos de mi ADN, en cada célula de mi cuerpo. Yo vivo con una pluma en mi bolsillo y con libretas agolpadas por todos lados. Antiguamente, siempre llevaba la grabadora en el bolso. Ahora, con los móviles, tenemos la grabadora siempre incorporada.
Yo estudié Psicología y me especialicé en autismo y trastornos generalizados del desarrollo. Me apasionan los psicoticismos, los trastornos de la personalidad. Me podía pasar horas sentada en un banco, simplemente observando a la gente que pasaba.
Si yo pudiese tener un superpoder, sería la mujer invisible, sin lugar a duda.
Mi día a día es intenso, estoy acostumbrada a llevar mil cosas a la vez y a dormir poquito. En la actualidad, trabajo como directora de organización de un grupo de siete empresas. Soy Coach Empresarial y durante años he gestionado equipos de ventas, he formado a mandos intermedios, reestructurado departamentos comerciales completos, he desarrollado procesos de selección, formación… Me gusta hablar en público, es algo que hago habitualmente y me desenvuelvo cómodamente. Tengo que reconocer que soy afortunada porque me apasiona mi trabajo.
Mi día a día tiene tres rayos de luz en forma de duendes: Didad, Lyam y Julen, que son el motor de mi vida, el chute de energía diario y el túnel de la imaginación inocente por el que nos deslizamos cada día mi marido (Lucas) y yo. Son tres niños maravillosos, creativos y divertidos, que me enseñan a distinguir lo importante de lo irrelevante de esta vida.
Pero tengo muchos momentos en los que pienso que se me está escapando lo mejor de la vida entre los dedos, ocupándome de cosas que solo me permiten vivir cómodamente, pero que no son ni serán la esencia de mi persona. Daría cualquier cosa por tener tiempo para crear, para investigar, escribir, corregir, releer, reescribir… Te aseguro que esta cabecita mía nunca para de crear. Y no solo escribo novela negra, tengo cuentos, historias cortas, poesía… En general, escribo para hablar de personas, de sus historias, de sus emociones, de su visión del mundo, de sus realidades. El ser humano es complejo y apasionante a partes iguales.
Las personas son el motor de todo y, por ello, siempre que he podido he colaborado con organizaciones y asociaciones sin ánimo de lucro. Desde proyectos enfocados a la lucha contra la violencia de género, en reinserción de toxicómanos, dando formación a menores en situación de desigualdad y apoyo para la reinserción laboral de víctimas.
También soy la presidenta de AEPAE Segovia (Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar); un proyecto maravilloso que este año se ha visto frenado por la COVID-19, como muchas otras cosas.