Joan Martí
Humano, juntaletras en los sueños de Quevedo y abogado en jornada de oficina, pelín diletante y enamorado de la razón pura y de los puntos suspensivos. O sea, de la cuántica del lenguaje que modula el relato de los sucesos vividos en distintos planos de la realidad. Devoto de las últimas tecnologías, de la física y otras ciencias del conocimiento, y expectante ante la imprevisible evolución de la especie humana que se dice sapiens, aunque… se lo toma con calma porque ¿para qué tener prisa? Si, como dice Carlo Rovelli, el tiempo no existe.
El mismo sujeto trata de poner en orden y posibilidad de ser leídos algunos pensamientos e impresiones sobre lo que vivimos o nos dejan vivir los popes del pensamiento y los mas media, mayormente para gritarles que, aun conscientes de nuestras limitaciones y de que siempre nos pillan mirando al colchón, ¡¡EXIGIMOS LA MANTEQUILLA!!