Cuando has probado la sangre, te vuelves vampiro. Cuando has escrito un libro, te vuelves escritor.
Mis principios en la escritura comienzan con cuentos infantiles a mis hijos y, posteriormente, a mis nietos. Más tarde, alentado por mi esposa y compañera de viaje, escribí relatos cortos. Y gracias a mis amigos, que me ilusionaron, y a toda mi familia, que fueron los que me animaron, hice mi primera
novela.
Después de escribir Alisha, la protegida de Dios, mi mente vuela en otra dimensión.
Mi familia y mi trabajo son lo primero. Sin embargo, en mis ratos de escape, doy rienda suelta a mi imaginación y tengo que plasmar todo lo que se acumula en mi mente.
Esta es mi impronta, limpia y motivadora, un legado para todos los que quieran viajar conmigo al mundo de la lectura.
Como adicto rehabilitado, monitor en un centro de adicciones y directivo en dicho centro, no podía dejar pasar la inquietud de escribir esta novela.
Adicto es mi último trabajo, y mi intención es ayudar a quienes desconozcan esta enfermedad.