Cierto día, estando en la habitación de un hotel de A Coruña, llega a las manos de un estudiante un ejemplar de La Biblia cristiana y, al tratarse de un ávido lector, inicia su atenta lectura. Nada más pasar unas páginas comienza a sorprenderse al comprobar que muchas cosas en las que creía fervientemente no son tal y como las había imaginado. Tras unos momentos de duda, inicia una búsqueda desesperada de la verdad, comparando diferentes textos y leyendo todos lo que le recomiendan sus maestros, incluso releyendo los ya leídos, de manera especial La Sagrada Biblia. Tres décadas después de aquel insolente día se atreve a poner por escrito algunas de las enseñanzas aprendidas durante este tiempo, todas, o la gran mayoría de ellas, robadas a los «sabios» que aparecen en el libro, y este es el resultado.