Vine al mundo en Alcázar de San Juan, el año en que los soviéticos acabaron con el alzamiento popular en Hungría, y en el mes en que se inauguraron los Juegos Olímpicos de Melbourne, los primeros de la historia que se celebraban en el hemisferio Sur. Sin duda en este lugar de La Mancha, en vez del calor que reinaría allí, haría mucho más frío y quizá lloviera y tronara para hacer honor a Santa Bárbara, patrona que se corresponde con el día en que nací. La verdad, no fue un mal año.
Pero desde luego debieron de pasar muchas lluvias y muchos fríos hasta que sentí la llamada que me permitió escribir algo razonable por primera vez. Fue un artículo de opinión que publicó la prensa local y que aún hoy, todo hay que decirlo, me sonroja leer. Porque la verdad es que en aquel entonces lo que yo quería era escribir novelas y cuentos, y en el intento, lo que son las cosas, varios de ellos merecieron el reconocimiento de algún galardón. Y así pasó el tiempo hasta que un buen día desperté a la contemplación del Medio que me rodeaba, lo que me llevó directo hasta el mundo de la investigación. Como correlato llegó la Universidad, la licenciatura, y una Tesis doctoral que alcanzó el I Premio de Investigación a Tesis Doctorales del Consejo Económico y Social de Castilla La Mancha en el año 2002.