Este poemario que aquí presento es una selección de los poemas que vengo colgando semanalmente en mi blog desde hace cinco años y con mayores intervalos, desde enero de 1996 cuando empecé a escribir poesía en verso, hasta entonces me había limitado al lirismo en prosa. Es una poesía de corte romántico o neorromántico, lo asumo, con dos venas de inspiración predominantes, a saber, la vena heroica de connotación ideológica e históricamente evocadora, y en paralelo, otra vena sentimental y erótica, que es lo que vienen a traducir esos antónimos de amor y de guerra. No niego influencias por supuesto, pero no sería capaz de reconocerlas de forma explícita, salvo en versos aislados. Con una excepcion notable no obstante, los poetas de la Falange que Umbral rehabilitó no poco, y de ellos, uno en particular, Federico de Urutia, exponente insólito de poesía heroica en la historia de la poesía española contemporánea y sumido durante décadas en el más completo de los ostracismos. He leído muy poco de poesía contemporánea en lengua española, lo confieso, y asumo en cambio una banda sonora por llamarla así, remontándose a mediados de los años sesenta que fueron los de mi adolescencia cuando se despertó en mí la sensibilidad musical, en mí como en tantos otros. Con un apartado especial digno de mención también y lo son las marchas y los himnos del Frente de Juventudes al que propiamente no pertenecí, pero que bañaron la infancia de sucesivas generaciones de españoles. Y otro apartado digno de mención también, el de la formación litúrgica -en la liturgia tradicional y en el canto gregoriano- que me fue impartida y que practiqué asiduamente durante algunos años en una fase anterior –de muy joven- de mi trayectoria. La selección que aquí ofrezco responde a preferencias personales y también a criterios cronológicos que privilegian mi producción más reciente –de preferencia a la versificación libre de una primera fase de mi producción poética-, en la que creo acusar un dominio progresivo del metro y de la rima, y en particular de la rima asonante y del verso octosílabo que habrá sido calificado de “respiración natural de nuestro idioma”
Biografía:
Mi nombre y apellidos, blanco de linchamiento periódico, intermitente, a rachas y desde hace décadas en los medios (nacionales
y extranjeros), no precisan tal vez, a juicio de algunos, de presentación ninguna. En el prólogo a este libro, de mi amigo Antonio Parra Galindo, se hace alusión a mi gesto de Fátima, de mención insoslayable sin duda en la presente edición.
Han pasado ya más de treinta años de aquello. Asumí y sigo asumiendo aquel gesto de protesta que me valió como bien se dice en el prólogo cárcel y expatriación, y a añadir, una pena de infamia en la práctica que arrastré desde entonces y que es algo inexistente –en teoría, por propia definición- en democracia. Llevo ya más de veintisiete años residiendo ininterrumpidamente
en Bélgica donde desde el principio de mi llegada –el 11 de marzo de 1987- traté de integrarme en la vida civil, lo que confieso no haber conseguido nunca del todo. Me casé en Bélgica, me divorcié años más tarde y tengo un hijo de veinticuatro años de edad con la doble nacionalidad belga y española. Llevo ya más de diez años interviniendo a diario en la red, a través de blogs y blogosferas, y de foros de discusión digital españoles, siempre con mi nombre y apellidos. El libro que aquí se presenta fue en sustancia fruto de una tesis de doctorado en la Universidad Libre de Bruselas, que no llegué a poder defender por culpa de la ley de la Memoria Histórica, de fuerza vinculante en las universidades extranjeras como lo pude comprobar yo mismo a mis expensas.
Y la identidad del padre biológico de Umbral era un secreto a voces, que no se cansaba de pregonar (entre otros) Ángel Alcázar de Velasco, al que no alcancé a conocer pero del que oí no poco hablar en mis años de militancia falangista en la Universidad (a finales de los sesenta)