La finalidad este estudio es rescatar los datos, que están sueltos por aquí y por allá, cuestionar ciertas afirmaciones gratuitas sobre Chota y su acontecer a lo largo de la historia, y, cómo no, publicar los acontecimientos históricos tal y como en realidad fueron para que libremente cada uno dé luego su interpretación, haciendo filosofía de la historia chotana.
Es un clamor para que se haga un verdadero estudio de tantos y tan destruidos restos arqueológicos diseminados por toda la geografía chotana que nos hablan de una población con una vida digna, de una cultura desarrollada, de valles fértiles con la riqueza de sus diversas fuentes y vertientes abundantes en
agua limpia… dignas para que el Inca que reinaba el gran imperio se tomase unos días de descanso en su palacio huambino.
Afirma que Chota y Huambos… ya existían cuando llegaron los conquistadores españoles; que un gran señor al estilo de los que conocemos por Lambayeque o La Libertad reinaba por estos lares y que la incultura, ambición y el poco amor a nuestra tierra han convertido la riqueza de sus tesoros en anillos para las manos de ciertos personajes… destruyendo la tumba del «Gran Señor de Choctapata».
Se trata de revelar que lo que llamamos «fundación española de Chota» hay que delimitarla entre los años 1535, cuando Pizarro le entrega la encomienda de Caxamarca a Melchor Verdugo (Chota pertenece a ella), y 1548, donde ya se nota en el encomendero una gran capacidad económica.
Es, cómo no, un canto a Chota y a su identidad, a sus gentes, al orgullo chotano…