Dolca com la mel, amarga com la fel, el maduro poeta Josep María Roset instaura en este compendio de poesías momentos fundamentales y renovadores respecto de su primer libro de poemas, Laberinto de palabras. En él la naturaleza es invadida sin saber que está a punto de ser manifiesta en toda su belleza por el narrador y en estas expresiones toda la alegría del universo se ve impelida por su pluma.
Josep María Roset (Barcelona, 23 de febrero de 1948) es el escritor catalán que en la actualidad goza de un prestigioso ascenso. Ha recibido el primer premio en Joc florals de Cerdanya y Alto Pirineo, San Jordi 2020, con la obra, Nuestro Valle, poema en que todo su ser calla y escucha cuando las dulces ondas del aire de La Cerdanya juegan en torno a su pecho creador.
El autor es poseedor de un pensamiento regenerador de la realidad a través de la poesía como mediadora, apresando en sus versos eso que regalará a los hombres. Él ha visto lo divino y lo sagrado en la mirada atenta de quienes circundan su vida desde el inicio en que hilo existencial se manifestara en su Ser motivando la transmutación de sus limitaciones físicas hacia la captación de lo bello y lo feo como posibilidad de trascenderlas.
Los veranos y otoños en su comarca inundaron su canto para que, con el dulce juego, su corazón se atreva a vivir en la plenitud del alma y expeler esta tan sustancial obra poética.
Lector, si solo te hallaras con los dolores propios de la condición humana y la naturaleza cruzara sus brazos ante ti, recurre a esta obra con el propósito de exaltar tus más esenciales horas, descubrirás en ella lo elevado, lo profundo de un saber fundado con dignidad y belleza.
A Josep María Roset un alma afín que con su canto avivó en mi la flama de la fraterna y esperanzadora humanidad.
Graciela Antonia Cárceles (Gral. Lamadrid, 1962, Buenos Aires, Argentina) Catedrática de Lengua y Literatura del Instituto Padre Elizalde, Ciudadela, Buenos Aires, Argentina.