En La luz de la penumbra el lector se sumergirá en un relato que abarca tres generaciones de dos familias y en los eventos históricos que moldearon sus vidas.
La narrativa se entrelaza entre el pasado y el presente, revelando cómo los destinos de estas familias se cruzan y se impregnan con el resentimiento que se genera en
los conflictos humanos donde se da rienda suelta al odio, y este se trasmite de padres a hijos.
Hay dos partes diferenciadas: una donde se narra el relato de ficción de una Semana Santa de los primeros años de este siglo, y otra que corresponde a los hechos históricos que en las tres primeras décadas del siglo nos llevaron a una guerra civil, haciendo mención a aquellos políticos que más trascendencia tuvieron para el desarrollo de nuestra historia, sobre todo al que fue presidente de la Segunda República, Manuel Azaña. Se hace una especial referencia a los conflictos sociales de aquellos años, de hace más de un siglo, y que aún, hoy en día, siguen vigentes, como podemos constatar en la paciente lectura de esa parte de la novela.
Los acontecimientos se desarrollan en Villanueva de los Infantes, Valdepeñas y Ciudad Real, de la misma forma que podrían haber sido narrados en cualquier provincia del interior de nuestro país.
La luz de la penumbra es una novela que explora la fragilidad de las relaciones humanas, la influencia del pasado en el presente y como el amor y el odio se pueden transmitir entre generaciones, pero, sobre todo, habla de cómo el comportamiento humano no siempre se basa en lo razonable. Una historia que desde el primer momento te mantiene en suspenso por los acontecimientos que han de sobrevenir a lo largo de sus páginas.