A María Dolores, mi esposa, en el mes de marzo de 2017 se le diagnostica una afectación neurológica múltiple, que compromete severamente distintas partes de su cerebro.
Hasta ese momento nuestra vida, como la de la mayoría de las personas, había tenido luces y sombras. Más de las primeras que de las segundas. O al menos, aquellas tenían un brillo que ocultaba cualquier oscuridad.
Sin embargo, esta vez la sombra que vino para María Dolores a modo de enfermedad neurológica degenerativa sería inmisericorde. Yo lo sabía. A ella se lo oculté como pude.
A lo largo de las páginas de este texto, al que caracteriza la brevedad y la modestia que me ha guiado al hacerlo, he reflejado no sólo la evolución física sino también la emocional y, sobre todo, la espiritual de los protagonistas de la vivencia.
No he querido pasar de puntillas sobre lo que es el leitmotiv de este libro: hablar de la persona y de los avatares de la vida. De esta manera, quise convertir el relato de Más allá de la enfermedad. Una historia de amor en una historia de vida, de cariño, de tristeza y de alegría. He querido que sea un refugio de paz y ternura que anida en lo más hondo de mi corazón. Refugio que deseo compartir con todos aquellos que quieran darle una oportunidad al amor, más allá de cualquier adversidad.