Berto es amigo de los primos Leo y Toni. Los tres son íntimos y comparten incluso los suspensos. Debido a un malentendido, los padres se marchan de viaje, y ellos se quedan solos; ellos y el perro Lukas, que les librará de no pocos problemas.
La primera noche que se quedan solos, visitan el náutico. Suben a bordo de un lujoso yate, y allí son testigos de un asesinato. Los chicos corren a refugiarse en la bodega. Los tripulantes del barco prenden motores. Por fin llegan a una isla. No saben dónde se encuentran, y antes de que puedan huir son descubiertos y apresados.
La isla volcánica es un centro de experimentación transgénica, entre humanos y animales. Han creado un monstruo invencible, «La Arpía». Pretenden crear muchos miles más como aquel para someter y controlar al mundo entero. Para ello han secuestrado a los más eminentes científicos.
Y como el proyecto ha tenido éxito, van a deshacerse de todos los testigos, arrojándolos al Pozo del Diablo. Este es un lugar terrorífico, infestado de tiburones. Después de múltiples peripecias, consiguen huir. Hacen noche en una pequeña isla que suponen deshabitada, pero son hechos prisioneros por unos extraños hombres. Son los servidores de la hechicera «Sinalanda» que adora a la Santa Muerte. Vive de aspirar el fluido vital de la gente joven. Para derrotarla, tienen que herirla con la sangre de un monstruo llamado Morcego, que vive en una siniestra cueva. Cerca de allí se encuentra el prodigioso árbol llamado «el Árbol del Bien y del mal». Pero, para llegar hasta allí, deberán cruzar el territorio de los «Sapofondos» y también enfrentarse a los «Cabalos do Demo».