Nací un 18 de agosto de 1942 en el seno de una familia que me enseñó a asumir la gran responsabilidad de gobernar mi propia vida: mi padre nos dijo que no nos podía dejar dinero pero que siempre nos ayudaría a crecer. En el seno de esa familia fuimos educados mis hermanos y yo. Nos impregnamos de valores sociales, morales y religiosos que creo han sido nuestra gran herencia. El resto de mi vida ha sido muy sencilla: estudié, primero Filosofía y luego en la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Madrid; trabajé como ingeniero toda mi vida profesional en una gran empresa, Renault, a la que tanto debo no solo porque me ha permitido económicamente formar una familia sino por la profesionalidad que me ayudó a forjar y por los valores éticos que respiré. Finalmente decir que tuve la suerte de encontrar una gran mujer y
juntos hemos podido transmitir a nuestros hijos, de los que estamos muy orgullosos, ese legado familiar.