Nacida el 5 de junio de 1970 en la pequeña villa coruñesa de Pontedeume, María José Allegue Otero disfrutó de la infancia alegre y un poco aventurera que caracteriza a los pueblos costeros. Cursa sus estudios en su pueblo natal, con la difícil adaptación que supone, en un colegio religioso, el protagonismo en la política local de su padre. La fuerte influencia cultural, política y personal de la singular personalidad de su padre, labrar con en ella un carácter especialmente sensible que se rompe en plena juventud por la pronta desaparición de la figura paterna. Su vida se desarrolla en Pontedeume con breves periodos de residencia en Santiago, Cartagena y Vigo, que le abren las puertas a sociedades más abiertas que la angosta vida de pueblo que la había constreñido hasta entonces. La consecuencia fue el inicio de estudios de derecho y el asentamiento de una vocación literaria que se había iniciado en la infancia. Su poesía, fruto de una formación autodidacta, de la incansable lectura y de esa ruptura interior, recrea sin complejos el romanticismo de la poesía de principios del XX mezclándola con una visión oscura, a veces fatalista, de la vida y el amor.