Albert Castillón, reconocido periodista y escritor, se lleva el premio en la categoría de Investigación con el primer ensayo publicado en España que afronta todas las posibles causas que originaron la pandemia; incluso las más extrañas, conspirativas y curiosas.
El alicantino Joaquín Sábater Amorós recibe el primer premio en la categoría de Ficción Contemporánea, con su libro que habla de ser capaces de tomar las riendas de nuestras vidas, y de los puntos de inflexión que esta nos pone delante.
Carlos González se llevó el premio a mejor novela negra con su obra de misterios y secretos: «No existe la pureza, todos somos tan malos como buenos, solo que algunos entre nosotros se balancean con más peligro entre los dos extremos y están dispuestos a llevar hasta las últimas consecuencias la voluntad de sus seres queridos.»
Con su increíble historia de vida y superación, Amparo Sánchez consiguió el premio a mejor obra en esta categoría. «Es una historia basada en hechos reales de la artista , conocida por su banda Amparanoia. Amor, desigualdad, inocencia, sexo, drogas, rock and roll, risas, llantos, secretos y sobre todo superación, un desgarrador y sincero relato que no te dejará indiferente. »
Marina Bravo ganó el premio con su poemario, y sus palabras hacen eco: «Empezó cuando dejé de hacer oídos sordos a mis anhelos, que, por entonces, todavía no sabían ni hablar ni callar. Acepté que Godot no iba a venir y dejé de esperar respuestas. En cambio, empecé a buscar nuevas preguntas que me ayudasen a encontrarme. Y parece ser que yo me encuentro en manchas de tinta en una libreta.»
Silvia Fernández Serrano, finalista en la categoría Ficción Contemporánea gracias a su extraordinario y desgarrador relato sobre Runak, una niña de tan solo 14 años que vive en el campamento de desplazados de Duhok, al norte de Iraq, junto a su madre y su hermano.